El miedo es el mensaje

Medina en Público, el 21 de Marzo del 2009

El catastrofismo sigue siendo la bandera con la que el PP analiza cada una de las acciones del gobierno.  La evolución política les ha llevado de la crispación a la apocalipsis, lanzando profecías del fin del mundo cual desquiciado, sin analizar si el método puede o no perjudicar al sistema.

Actuan con una falta de sentido de estado, pensando más en el beneficio propio que en el de la comunidad a la cual representan. Con sus acusaciones gratuítas y su forma de actuar allá donde ocupan las responsabilidades estan desprotegiendo al ciudadano y rompen los dogmas sobre los que se sustenta un estado de derecho.

Así es, el PP perpetra la democracia y la despoja del valor que tiene en si misma. Tal es así que, por ejemplo, mientras traslada sensaciones catastrofistas sobre la legítima acción del gobierno en Caja Castilla-La Mancha, la Presidenta de madrid sigue tomando decisiones partidistas y sesgadas respecto Caja Madrid con la connivencia de sus adláteres a la vez que transforma la Comunidad de Madrid en una Comunidad Fallida y despojada de una parte importante los elementos que cualquier democracia requiere.

Efectivamente, el PP representa el atraso democrático y la pérdida de derechos en todos los aspectos que nuestra democracia hoy por hoy garantiza.

Y no es por que esten contra el aborto, que es una opción tan legítima como cualquier otra o por que se apoyen en la iglesia para hacer proselitismo aun que España sea un estado laico tal y como proclama nuestra Constitución: el PP es un partido que no cree en la democracia como un fin en sí misma sino como una herramienta para ostentar y perpetuarse en el poder.

La falta de fe en la Democracia es patente allá donte toman o han tomado decisiones y ostentado responsabilidades políticas con actitudes rayanas en el anticonstitucionalismo.

A modo de ejemplo, Esperanza Aguirre reparte las emisoras de televisión según la afinidad de los contenidos y sesga la capacidad de los periodistas de Telemadrid de informar con libertad, en un claro fraude para con los ciudadanos, consiguiendo de ese modo limitar la diversidad de fuentes de información y los contenidos de la misma, en un flagrante acto antidemocrático.

Y mientras, las acciones que el gobierno del estado lleva a cabo, como la interposición de un recurso ante el Tribunal Constitucional de la ley de Cajas de la Comunidad Autónoma de Madrid, ley que tiene por objetivo cambiar los pesos de poder en el seno de Caja Madrid, son tildadas por la presidenta de la Comunidad de desproporcionadas, su partido han hecho uso del Alto Tribunal para sus intereses llevando ante el mismo desde el Estatuto de Catalunya hasta los últimos presupuestos del estado: ellos no creen en las herramientas del estado en tanto que puedan serles de utilidad para la consecución de sus objetivos.

Actuan, pués, como autócratas que buscan su propio beneficio dejando de lado los valores que deben impregnar la vocación de servidor público del político: los representantes del PP son, hoy por hoy, un fraude.

Neguémonos, pues, a caer en el pesimismo sistemático que pretenden impregnar a nuestra democracia y alcemos nuestra voz para pedir a la buenas gentes que militan en el PP y que les votan o han votado que se movilicen para exigir un cambio real en sus líderes, que retomen la senda de la cordura y que abandonen el mensaje del miedo.