La Fiesta de la Rosa del pasado 21 de septiembre fue un acto excepcional, en todos los sentidos. Además de constatar el peso que sigue teniendo el partido, fue impresionante notar la fuerza que aportan los nuevos líderes. Me refiero a Jaume Collboni y a Pedro Sánchez.
Con Jaume ya pude intercambiar alguna opinión en el pasado Congreso del PSOE, aunque los casi cinco minutos que estuvimos charlando fueron muy positivos. Hablamos sobre nuestros respectivos ayuntamiento, sobre la ilusiona de los proyectos, sobre la forma en que accedimos a la responsabilidad de candidatos –ambos mediante unas primarias disputadas- y sobre la importancia de trabajar para conseguir devolver la alegría y la ilusión a nuestros respectivos municipios. Nos emplazamos a una nueva charla, más adelante.
Con Pedro fue diferente. La multitud que le rodeaba hacía materialmente imposible poder acercarse. Hube de esperar a que llegase a la zona reservada, donde le esperaba su equipo para poder dirigirme a él, presentarme y poder explicarle el proyecto que los socialistas tenemos para el Masnou. Un día completo…
Opino, luego existo... 