La crisis Española tiene dos padres claros: la especulación financiera internacional y la economía basada en la construcción.
La primera, achacable únicamente a la voluntad de los sectores económicos estadounidenses de obtener beneficios mediante préstamos de alto riesgo en las conocidas hipotecas sub-prime.
La segunda, debido a las características específicas del sistema Español de crecimiento económico establecido ya el los años 60 basado en los servicios -turismo principalmente- y la construcción. El segundo ha ido ganando terreno considerablemente en los últimos treinta años hasta convertirse en el principal motor de la economía.
La dependencia de los mercados externos y la falta de tejido industrial hacen de España un débil púgil en una pelea ante una crisis compleja, duradera y, sobre todo, mundial.
El gobierno del Presidente Zapatero, muy a su pesar, ha tenido que hacer del pragmatismo su bandera y ha tomado impopulares medidas con el único fin de garantizar la continuidad del estado del bienestar. Y Rajoy lo ha criticado e incluso ha llegado a decir que las medidas no son las correctas, sin presentar alternativa alguna.
Ahora Irlanda, el país que hasta no hace mucho era el modelo económico a seguir por la derecha española, desde Rajoy a Esperanza Aguirre, caído en desgracia tras la aplicación de las políticas neoliberales, se obliga a tomar las medidas que Rajoy quiere para España y no goza explicar: disminución al salario mínimo, alzas al Impuesto al Valor Agregado (IVA), recorte dal gasto público de 10,000 millones de euros, nuevos impuestos y el despido de cerca de 25,000 empleados públicos.
Recomiendo los artículos de Público, «Cuando Irlanda era un ejemplo para Rajoy» y El Plural, «Rajoy ponía a Irlanda como modelo de crecimiento sano por sus recetas liberales«.
Por cierto… CiU coincide plenamente con la estrategia de Rajoy….